En 1984 el gobierno tibetano en el exilio estableció la cifra de víctimas de la ocupación china en 1.200.000 personas.
La cifra podría ser exagerada pero no en exceso: Según cifras oficiales chinas la población de Tibet descendió entre 1953 y 1964 de 2,8 millones a 2,5. Si consideramos las cifras de exiliados y la tasa de natalidad y por otro lado la emigración china a la región tenemos una cifra creíble de cerca de 800,000 muertos, cantidad equiparable a la de la Camboya de Pol Pot.
Cientos de miles de tibetanos han sido encarcelados, calculándose en una cifra aproximada del 10% de la población. De los encarcelados en los 166 campos de detención de la provincia sólo un 2% salieron vivos. En 1984 el gobierno tibetano en el exilio cifró sólo los muertos en detención en 173.000 personas.
A estas cifras que apuntan a un intento deliberado de genocidio físico se añade un genocidio cultural. Durante la Revolución Cultural sólo 13 de los 6.259 centros de culto seguían funcionando. En 1983 se encontraron en Pekin 32 toneladas de reliquias tibetanas saqueadas de los centros de culto que incluian 13.357 estatuas
Citado en "El libro negro del comunismo", de Stephanie Courtois. Ed Planeta 1998, pag 612
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