Ante la magnitud de las amenazas de boicot que llegan de China, la compañía francesa de distribución Carrefour ha emitido un comunicado en el que rechaza categoricamente cualquier relación con el Dalai Lama así como haber subvencionado jamás sus actividades que considera "ilegales".
Con ello los responsables de la mayor compañía de distribución francesa, cuyo máximo accionista es Louis Vuitton, propietaria de LVMH, la multinacional del lujo más importante de Europa toman dedicidamente partido por la causa china, demostrando, como era fácilmente previsible que cuando los europeos tenemos que escoger entre el respeto por los derechos humanos y el dinero elegimos la opción más fácil, que no siempre es la más honesta
De hecho Carrefour habría tenido muy fácil mantenerse al margen de esta polémica ya que como ha reconocido un economista el 70% de los productos que comercializa en China son fabricados en el propio país,por lo que un boicot a su empresa sería perjudicial en primer lugar para los propios chinos, mucho más que para una empresa de la potencia del gigante francés.
En cualquier caso, lo que resulta una desconcertante paradoja es que una de las mayores empresas francesas considere al Dalai Lama poco menos que un delincuente ("realiza actividades ilegales") y al mismo tiempo el alcalde de la capital francesa lo nombre ciudadano honorario. ¿Tiene eso lógica?
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De hecho Carrefour habría tenido muy fácil mantenerse al margen de esta polémica ya que como ha reconocido un economista el 70% de los productos que comercializa en China son fabricados en el propio país,por lo que un boicot a su empresa sería perjudicial en primer lugar para los propios chinos, mucho más que para una empresa de la potencia del gigante francés.
En cualquier caso, lo que resulta una desconcertante paradoja es que una de las mayores empresas francesas considere al Dalai Lama poco menos que un delincuente ("realiza actividades ilegales") y al mismo tiempo el alcalde de la capital francesa lo nombre ciudadano honorario. ¿Tiene eso lógica?
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