La antorcha olímpica sigue su tumultoso viaje: Esta vez en Paris, pese al aparatoso dispositivo de seguridad en el que estuvieron implicados unos 3.000 policías la presión de los manifestantes obligó a los porteadores de la antorcha a apagarla después de 200 metros (!) y a tomar un autobús (!!!) para proseguir su trayecto, entre ridículo y penoso rodeado de policías y entre protestas de todo tipo.
La ciudad de París ha vivido un caos de grandes proporciones por el carísimo dispositivo de seguridad destinado a custodiar lo que ha acabado siendo el paseo de una antorcha apagada llevada en autobús por un numeroso grupo de policías desconcertados y abucheados por manifestantes que constantemente trataban de interrumpir la penosa comitiva, una de ellos, Mireille Ferri, vicepresidenta del gobierno regional parisino portando extintores con los que apagar la llama, como finalmente ha acabado ocurriendo.
Nunca como hasta ahora la antorcha olímpica había recibido una oposición semejante y nunca como hasta ahora su paso se había convertido de una reivindicación del "espíritu olímpico" (si es que eso existe todavía) a una fracasada y penosa reivindicación propagandística de los organizadores de los Juegos.
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Hace 15 años
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